Nada de
JJOO.
El orgullo, la
prepotencia y sobre todo la ingenuidad ha dejado a los Españoles chafaos de
dudas, pues ni por un momento pensaron en una derrota en los JJOO. Los votos no
se piden arrastrándose en tres lenguas, los votos en el aire, ni se cuentan hay
que ganarlos a pulso y con esfuerzo y la
cabeza en su sitio; ni alta, ni baja, pues las promesas quedan luego en “agua
de borrajas”.
Mrs Bottle,
paró Madrid y sus calles como dueña y señora que es de la alcaldía, y tuve que
venir arrastrando la maleta casi desde Atocha, una masiva concentración de
caras sonrientes aceptaron una derrota cantada en sus posteriores caras de hielo. Dicen que de ilusión también se vive
y de esperanza, pero el COI no está para caridades.
El paro, la
crisis financiera, la corrupción política, y la tauromaquia de la que nadie
habló, no pudieron con LA EFICACIA, de Tokio, y
su economía poderosa.
Nos miran
con lupa severa desde fuera, nosotros
nos miramos con benevolencia desmesurada, y a pesar de la buena puesta en escena de nuestro príncipe y
mendigo, España tuvo una apabullante salida por la puerta trasera.
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