Platón decía que la mirada puede traspasar el velo
de las apariencias y revelar la verdad.
Existe en el rostro algo que permanece para siempre
en nuestra apariencia que ni el crecimiento ni la vejez pueden destruir, ni siquiera
el "botox" actual. Es una sensación
de constancia, es la esencia del aspecto
individual y lo llamamos la expresión dominante, el aira.
Pero también existen rasgos no permanentes que son
los indicadores de las emociones cambiantes . El llanto, la risa , es decir los
estados de ánimo.
Nuestros detectores musculares están adaptados a
responder a estas expresiones dominantes permanentes de las fisonomías humanas,
y también a las no permanentes que son
las expresiones de las emociones. probablemente sean musculares, indicándonos
claramente que estas reacciones a
nuestros semejantes están vinculadas con nuestra propia imagen corporal.
Este arte de
percibir la expresión dominante y la comprensión del movimiento facial de los
demás , esta respuesta simpa tética
desempeña un papel considerable en la respuesta del artista para el retrato.
Esta reacción física por parte del artista en la experiencia de la equivalencia, tanto de rasgos permanentes como no
permanentes la denominamos empatía. Así que el parecido en un retrato es la equivalencia entre el aira
y la expresión móvil de las emociones, que son las que moldean el rostro.
Un buen fisonomista puede leer el carácter a partir
de los rasgos no permanentes que son las
expresiones móviles de las emociones y el aira o expresión dominante. Un buen artista
atraviesa la máscara. Imposible el hoy digital ya que todos son mascaras.
Francisco el Papa innovador, valiente de momentos
históricos, rompedor en ideas innovadoras, vencedor de retos y limitaciones , de los pobres ,de las
sorpresas, se define a sí mismo como débil, frágil, y cobarde, al que el dolor físico le
aterroriza .Sin duda es un líder extraordinario y valiente que a pesar
de sus miedos y debilidades "se moja" si es necesario.
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